En Latinoamérica aún existen basureros municipales a cielo abierto, práctica que poco a poco se ha ido reemplazando por los rellenos sanitarios, los cuales son más higiénicos y procesan adecuadamente la gran cantidad de basura que botamos a diario. Uno de estos basureros municipales conocido como Porlón, que sirve a la ciudad de Riobamba, Ecuador, era también el hogar de más de 500 perros!
Junto a nuestra organización aliada PAE Protección Animal Ecuador, con sus capítulos Quito y Riobamba, empezamos un proceso para evaluar la situación y ver la manera de poder salvar tantos perros como fuera posible. Empezamos el trabajo en mayo de 2015; hicimos un conteo, consideramos las alternativas de captura y destino de los animales, buscamos el apoyo del municipio de Riobamba e hicimos conocer este asunto a los medios.
Durante más de un año que duró el programa, se hicieron unas diez intervenciones. La primera fue para extraer cachorros y madres, ya que había un número incontable de nidos dentro del botadero. Estos cachorros y algunos juveniles fueron nuestro primer objetivo, ya que era más fácil tomarlos y ponerlos en adopción luego de pasar por los respectivos protocolos veterinarios. También se extrajeron aquellos más dóciles que no tenían miedo de acercarse al equipo de rescate. Se pusieron comederos y bebederos para poder generar confianza con las diferentes manadas. El equipo de PAE iba periódicamente a rescatar más animales.
Luego de varios meses el municipio anunció que iba a convertir el botadero en relleno sanitario. Esto significaba que el alimento (léase basura) que entraba dentro de los camiones recolectores, se vería gradualmente reducido. Infortunadamente el botadero no contaba con barreras físicas, por lo cual capturar a otros perros se convertía en una labor titánica y esto permitía que muchos perros huyeran al campo abierto.
Luego de dieciocho meses de labores logramos dar en adopción más de 250 perros, muchos en el área de Riobamba, otros más en el área de Quito. Los perros en los botaderos de basura y aún en rellenos sanitarios abundan en la región y son por lo general ignorados por las autoridades, ya que representan un manejo bastante complejo que prefieren evitar.
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